"Ten mi llanto sujeto
y altanero
y el despertar
sereno de mi aurora
mi mano temblorosa y
ten ahora
este amor desmedido
y pregonero.
Y de mi boca el rezo
del sosiego
de mi ayer, porvenir
de mis regresos
de mis labios,
perfil de algunos besos,
y ten mi devoción
por si la quieres luego.
Cruzo y recruzo,
amor, para ir contigo
con este soplo de Fe
y de amanecer
ve la sangre de mis
labios cuando digo:
¡Salva siempre a
Sevilla, Señor del Gran Poder!"
Carlos Herrera Cruset. Pregón de la Semana Santa de Sevilla 2001.
Sevilla no comienza el año como, normalmente, se suele hacer. Sevilla entera, hoy, se congrega a las puertas de la que es, ha sido y será, la casa del SEÑOR. La Basílica del Señor de Sevilla, del Dios de los hombres, del cielo y de la tierra. Hoy, Sevilla y el mundo entero se postran a los pies del que, después de venir al mundo, como un indefenso niño, carga con su Cruz y con la de todos sus hijos por amor. Un amor de redentor...un amor de GRAN PODER.
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